02 julio, 2013

Crítica de "Hablar Solos" de Andrés Neuman. Salud vs Enfermedad.

Hablar solos” es lo que hacemos cada uno de nosotros cada momento del día sin percatarnos.


Título: Hablar solos
Autor: Andrés Neuman
Editorial: Alfaguara
SBN: 9788420403298
Páginas: 192
Precio: 18 € 
Así está planteada la novela de Andrés Neuman. Es el monólogo interior que mantienen tres personas que pertenecen a una misma familia. Formada por un hombre (Mario), su mujer (Elena) y el hijo de ambos (Lito), un niño de 10 años.

Me acerqué hasta la novela con grandes expectativas. Mi amigo Miguel Ángel Brito la había puesto por las nubes. La empecé a leer sin ningún tipo de referencias previas. No sabía ni la sinopsis. Ni siquiera me había planteado que el título casi te desvelaba el formato de la novela.

Hablar solos es una novela corta, bastante. Y una estructura muy sencilla. En cada capítulo hay un monólogo interior de cada personaje. Y en un orden invariable: Lito–Elena–Mario. Así la novela se hace un poco predecible. No por los acontecimientos que suceden, sino que ya sabes quién va a intervenir en el siguiente capítulo.

La novela crece a medida que avanza. Tuve una importante decepción en la lectura del primer capítulo. Un monólogo de un niño de diez años, casi intrascendente. Con una voz interior que no me creía. Creo que el autor arriesgó mucho en este primer capítulo
y en los siguientes. Me planteé que me había metido en un libro muy light. Pasando por mi cabeza dejarlo. Pero se percibe, en la lectura, como el autor creció en cada capítulo y progresivamente fue capaz de convertir con solvencia monólogos interiores en literatura.

El libro trata de como enfrenta cada componente de la familia la enfermedad terminal de Mario (padre y esposo). Aunque el peso protagonista y el personaje mejor dibujado por el autor es el de Elena (la madre). Ésta se enfrenta a la culpa de mirar al futuro y a una infidelidad en los últimos días de la vida de su esposo. En el dilema de no saber si su marido, realmente, es lo que va dejando su enfermedad, o al que conoció anteriormente. Lito, el hijo, se me antoja como un personaje eslabón entre ambos. Aporta a la novela muy poco. Y eché en falta, y mucho, que el autor potenciara la voz interior de Mario en sus últimos días.

El autor hace muchas referencias literarias en la novela y destaca que hay muy pocas obras que traten de la enfermedad. Cierto, la enfermedad no es uno de los temas universales literarios. Y particularmente tengo una teoría: “Para escribir sobre la enfermedad hay que sentirla. Y los que están enfermos (de verdad) prefieren no hablar de ella” Por eso, cuando un escritor está enfermo escribe de cualquier otra cosa, menos de la enfermedad.

Estoy completamente seguro, y espero que Andrés Neuman un día se manifieste sobre ello, que ha pasado tiempo en un hospital. Domina como se siente allí un enfermo, lo que se piensa, lo que pasa por su cabeza. Incluso como los sanos miran a los enfermos y evitan hablar de planes de futuro en su presencia.

Resumen: Hablar solos es una novela que el lector agradece. Corta. Casi sin descripciones, ni de personas, ni de lugares. Tardas muy poco en entender su estructura. De muy pocos personajes (cuatro). Con un leguaje cercano y sin artificios. Que trata de la ética y del comportamiento que tenemos que tener en la enfermedad de nuestros seres queridos.  En la lectura oleremos la enfermedad, pero no está marcada con fluorescente.

Crítica: Francisco Concepción 

9 comentarios:

  1. Hola Francisco, me gusta tu reseña sin embargo no coincido contigo referente al capitulo 1 de Lito, creo que el autor revela mucho mostrando no solo la inocencia del niño sino un poco las emociones de los padres: como su madre discute con su padre, como se frota los ojos al despedirlo, como su padre suspira y se pone serio cuando él le pregunta si le enseña a conducir, y aqui aun no sabemos que Mario esta enfermo... y bueno la mente de un niño va a mil... me parece interesante que el autor haya sido capaz de describirlo tan bien.

    Saludos desde Mty :D

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  2. Ana C., si por revelar el autor podría en ese capítulo revelar la bíblia. Tenía toda una novela por delante. Y podía pasar cualquier cosa.

    He comentado que bajo mi punto de vista el autor corrió riesgos. No le había tomado el pulso a la voz interior de un niño. También puede ser he escrito para niños y he estudiado como escriben para niños muchos escritores y casi todos caen en el error de crear un lenguaje y pensamiento demasiado infantil. Un niño de diez año tiene ya mucha madurez.

    Gracias por comentar. Pero casi no hablas de lo que te ha parecido a ti el libro.

    Saludos.

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  3. Begoña, ¿dices que no te sientes capaz de analizar un libro, o que resulte inapropiado? Toda una clase magistral tu punto de vista sobre el libro. Felicidades. Creo que aprenderemos mucho con tus apreciaciones.
    Bienvenida al Club.

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  4. En mi reseña, convocaba a Andrés Neuman, para que me confirmara si había pasado tiempo en un hospital, por su capacidad de transmitir lo que allí se cuece. Los que hemos vivido en ese escenario situaciones terminales, sabemos a lo que nos referimos. Y más en primera persona.

    Por medio de Twitter, @GleysGonzalez me confirma que Andres Neuman pasó un largo tiempo con su madre en un hospital. No me cabía la duda, sobre ello solo se puede escribir desde la experiencia.

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  5. Si algo me ha atrapado de este libro, es sin duda, Elena. Me ha sorprendido gratamente su forma de hablar desinhibida sobre sexo, sobre sus sentimientos, buenos y malos, nada hipócritas. Se desnudó completamente. Un personaje, como ya han comentado, bien trabajado. Respecto a Lito, coincido con Begoña. Es imposible, que el niño sólo "sospechara" que algo iba mal. Con diez años, es increíble la madurez que pueden llegar a tener. Mi hijo tiene cuatro y si me acuesto ya me está preguntando si me duele algo y porqué. Que será un hombre con una enfermedad gravísima que se va consumiendo poco a poco. Mario aporta la visión del enfermo, de como poco a poco, ve, que irremediablamente se está yendo, sobre todo explicando los cambios físicos que son impactantes.
    Saludos a todos.

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  6. Ya que lo dices... ¿Por qué casi no llego a tiempo...? Porque después de leer el primer capítulo me quedé choff. Sabía que Miguel Ángel Brito no se había equivocado y además unas semanas después, tú mismo e Isolda me animasteis a continuar.
    Ahora os lo agradezco un montón claro.
    Sobre la percepción de la vida en el hospital, llegué casi a la misma conclusión que tú, sólo que yo pensé en que fue acompañante, por una tontería: por el modo en que Elena describe la manera de leer cuando las luces se apagan.
    Lo de Twitter es alucinante...
    ¿Le habrá llegado a @andresneuman noticia de esta lectura?

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  7. Queridos compañeros de lectura. Me alegra mucho que os haya gustado en general mi elección, con sus matices como es normal. Hablar solos es una apuesta muy arriesgada, cierto, y un libro que va más allá de la historia en sí.
    Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que escribís y con otras no tanto. En cuanto a tu crítica, Francisco, dices que el niño es "un eslabón entre ambos", yo iría más allá diciendo que es "El Eslabón". Es parte fundamental aunque parezca secundaria. Es el centro de atención del padre que ve cómo su vida se le escapa a pasos agigantados y no le queda tiempo, nada de tiempo para decirle todo lo que le tiene que decir, que más que tenerle que decir es la voz de la impotencia de no verlo de mayor. Esa escena de la despedida de los dos tiene mucha miga, en esa página 148 "...no fui capaz de decirte otra cosa que ponte el cinturón, hasta había pensado un animal para decirte, uno marino, creo, pero se me pasó, me había imaginado muchas veces esa escena, digo yo que así serán las despedidas de verdad, ¿no?, fuera de lugar, torpes." Cuánta razón lleva.
    Con Begoña no coincido en lo referente a la voz de Mario. Mario ya no tiene mucho más que decir que lo que dice. Está enfermo, ¿y qué? Para él todo son prisas. Se puede ver con la simple estructura del monólogo: sus capítulos acaban en puntos suspensivos, y se retoman con los mismos puntos suspensivos en el capítulo siguiente. No hay principios ni finales, no hay pausas entre capítulos porque hay necesidad de decir mucho, y como suele ser habitual así, con prisas, sin tiempo, terminamos diciendo lo que no queremos o no diciendo lo que necesitamos decir.
    En cuanto a Elena, el más elaborado de los tres sin duda, es un pedazo de personaje, anclada en ese punto de inflexión que le da la muerte de Mario. ¿Ahora qué? ¿Quién fui? ¿Quién soy? ¿Dónde voy a ir yo ahora?, con ese peso que suponen las cosas que nos acompañan en la vida, "...Hasta olvidarte me recuerda a ti" llega a decir: ¡Bravo!
    No. Lito no sobra. Lito es necesario. Molesta, sí, pero a quién no le resulta molesto un niño de diez años dando vueltas por ahí de vez en cuando. Pero es necesario. Es, como decía antes "El Eslabón".
    Bueno, lo dicho, que me ha gustado ¿se me nota? Y Andrés Neuman escribe con mucha inteligencia y tiene una habilidad de dotar de capas a su escritura magistral. Para mí ha sido un gran descubrimiento.

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  8. El personaje de Lito...
    Yo sí que creo que Neuman ha dado con el tono de voz del niño. Que sea un niño de 10 o de 8, no podría decirlo, porque cada uno es cada cual y hay niños que maduran antes y niños que maduran después. Pero el tono, la voz, sí que creo que la ha captado.
    Otra cosa es que el personaje me diga mucho.
    Coincido con Miguel en que Lito es el eslabón entre Mario y Elena, pero creo que es un eslabón que separa más que acerca. Es la perfecta excusa para que cada uno de ellos haga su particular duelo: Mario, por la vida que se le escapa y el hijo al que no volverá a ver y a quien quiere dejarle un legado que para él es importante: sus vivencias juntos.
    Elena, porque puede distanciarse de Mario, tal vez no de forma voluntaria, pero sí de forma necesaria para elaborar el inmenso cambio que dará su vida.
    El personaje de Lito creo que es necesario pero podría haberlo sido igualmente si solo lo hubiera sugerido. Es posible que, como apuntan Begoña y Belén, si el niño no hubiera estado tan en la inopia me hubiera calado más. Tal y como está planteado solo me resulta un alivio en la tensión del terrible drama que se desarrolla ante nosotros.
    Y tal vez esa sea su función en la historia: destensar y desahogar la angustia de una historia trágica. Al menos, así es como yo lo justifico ante mí misma y así es como he disfrutado de sus pasajes.
    Como dije en otro post, Mario sale de escena demasiado pronto, no asistimos a su final en sus propios pensamientos y sensaciones. Y eso es lo que he echado de menos.
    Sin embargo, es el que realmente me ha emocionado, con su hablar deshilvanado. Me quedo con Mario, Q.E.P.D.

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  9. Ah! Me olvidaba! FranCo, cuando dijiste eso de que para describir un hospital de la forma en que lo hace, seguramente es que el autor había estado en uno, también pensé igual que tú.
    Hay que haberlo vivido en primera persona para no describir un ambiente tipo Anatomía de Grey y Neuman lo hace de una forma magistra, VIVIDA (no vívida, aunque, también).
    Por cierto, el resumen final que haces del libro en tu reseña, FranCo, me parece muy pero que muy acertado. A pesar de que creo que es un libro que me ha gustado más a mí que a ti.

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