Título:Nos vemos allá arriba
Autor: Pierre Lemaitre
ISBN: 978-84-9838-591-5
Número de páginas: 448
Editorial: Salamandra |
Con los últimos días de la
Primera Guerra Mundial como punto de partida y un brutal planteamiento, Nos vemos allá arriba nos deja con el
aliento contenido desde la primera a la última página.
Unos días antes de que se firme
el Armisticio, el teniente teniente d’Aulnay-Pradelle, un aristócrata que
asiste al desmoronamiento de su patrimonio, ordena una absurda ofensiva con la
que conseguir la gloria y el dinero para reconstruir su heredad. Para ello no
reparará en enviar a sus hombres a una muerte segura, tan segura como que
ordena abatir a dos de ellos por la espalda y él mismo empuja a otro, Albert
Maillard, al interior del agujero producido por un obús. No necesita rematarlo:
otra bomba lo sepulta y el soldado Maillard se asfixia en su interior con la
única compañía de la cabeza de un caballo muerto.
Así termina un primer capítulo en
el que Lemaître nos hace sentir dentro de la piel agónica de Maillard. En el
siguiente, el soldado Édouard Péricourt consigue devolverlo a la vida tras
reanimarlo. Inmediatamente después, un proyectil estalla y le destroza la cara,
ligando las existencias de ambos para siempre.
Édouard salva a Albert y este se
siente en deuda. Por ello, no solo se desvive por su bienestar, sino que le
consigue una nueva personalidad para que evite reencontrarse con su familia, y
cuida de él con dedicación de madre.
A partir de entonces comienza una
historia de enredos, ambiciones, engaños y dolor, un dolor que empapa a todos
los personajes y les obliga a actuar de formas que jamás hubieran imaginado
antes.
Albert encuentra el valor que
nunca tuvo para sortear todos los problemas que se les plantean a Édouard y a
él. Édouard convive con su propia y monstruosa realidad y alcanza un equilibrio
inestable. El señor Péricourt al fin cede a la evidencia de que quiere a su
hijo a pesar del rechazo que le produce su personalidad explosiva y amanerada,
y que daría lo que fuera por
tenerlo a su lado. Y los villanos entretejen sus
enredos.
Lemaître aprovecha hechos reales
para articular su historia: los fraudes que se realizaron a costa del
sufrimiento de los franceses, que deseaban que los cadáveres de sus hijos
descansaran con dignidad.
Personas sin escrúpulos se
enriquecieron negocios enormes desenterrando cuerpos de víctimas para
enterrarlos en grandes cementerios, sin identificar adecuadamente, empleando
ataúdes pequeños que implicaban que había que romper los huesos para que
cupieran o, simplemente, rellenarlos con tierra en lugar de con los cadáveres.
Es aquí donde vuelve a aparecer
el teniente d’Aulnay-Pradelle, el villano indiscutible.
Pero aún habrá otro gran fraude
más: el ideado por Édouard, el tullido sin cara, hipersensible, homosexual y
repudiado desde niño por su riquísimo padre.
La acción es trepidante, las
situaciones, siempre al límite. Los personajes, intensos, perfectamente
dibujados, los sentimientos, potentes.
No puedes parar de leer. Una
situación al límite te lleva a la otra.
El libro me ha encantado, me
enganchó desde el primer momento. La originalidad de las situaciones y los
personajes, por las descripciones vívidas: ese agujero por cara y el gorgoteo
de Édouard cuando intenta hablar, el trabajo en los cementerios, el guaperas
d’Aulnay Pradelle, la cabeza del caballo, las máscaras, el funcionario, las
alas de ángel, el miedo de Albert.
Se podría decir, como en la
sinopsis que nos ofrece la contraportada, que esta novela es “un emocionante canto
a la capacidad de superación del ser humano y, a la vez, un fresco y atrevido retrato
de una sociedad descompuesta por uno de los más crueles inventos del hombre: la
guerra.”
Yo no aseguraría tanto: la
capacidad de superación, ese retrato de una sociedad descompuesta por la guerra
solo son una magnífica excusa para elaborar una fantástica historia de enredos
y aventuras que me ha encantado, pero también incomodado.
Lemaître emplea un estilo
irregular, que oscila entre la narración vigorosa y las interpelaciones al
lector, en las que adelanta lo que va a suceder o explica todos y cada uno de
los movimientos del alma de los personajes.
La crítica francesa ha destacado
su poder para combinar los recursos de la literatura popular, con una prosa
ligera, con la escritura de
calidad. Dice Lemaitre que él siempre ha querido escribir historias como las de
Dumas con el estilo de Tosltói. Personalmente, hubiera preferido que se ciñera
al estilo de Tolstoi.
Otro aspecto negativo es el esquematismo
de algunos personajes, en particular, el de d’Aulnay-Pradelle. El blanco y
negro de este personaje y de algunos otros resta grandeza a la historia. Tal
vez, la potencia del resto de los personajes consiga que este esquematismo sea
perdonable. Eso, y el hecho de a veces es divertido tener a quién odiar.
A pesar de todo ello, el balance
es muy positivo. Nos vemos allá arriba es
un libro que merece ser leído y disfrutado.
Crítica: +Ana J.
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