02 marzo, 2013

"Solar" de Ian McEwan (Reseña literaria)

Abrimos el debate sobre "Solar", que ha sido nuestra lectura del club de Febrero, y como base publicamos la crítica y el punto de vista de nuestro amigo y socio del club, Amando Carabias.

No se olviden de puntuar el libro a la izquierda.


Título: Solar:
Autor: Ian McEwan
ISBN: 978-84-339-7555-3
Editorial: Anagrama
PVP sin IVA: 18.75 €
Páginas: 360
Traducción: Jaime Zulaika 
Un Cadáver colapsado:

En muchas ocasiones, como aficionado a esto de las letras, me planteo si nuestra tarea como escritores (o escribidores) ha de ocuparse de los problemas que acucian a nuestra época.

Es un viejo debate que a lo largo de la historia se ha repetido con suficientes argumentos en un sentido u otro. Soy de los que opina que es deber de todo artista trasladar de algún modo aquello que ocupa y preocupa a sus contemporáneos, pues de lo contrario su arte podría ser muy hermoso, pero nada más.

Esto no quiere decir que aquello que realice lo haga de cualquier manera, convirtiendo en panfleto una manifestación que también ha de ser arte, es decir, algo que trascienda la propia realidad y pueda llegar a distintos seres humanos en diferentes épocas.

Solar, a mi modo de ver, es un ejemplo de compromiso (a través de la ironía corrosiva y el retrato sarcástico, casi doloroso) con el gran problema que está en los cimientos del destino de la humanidad al completo. En España, quizá cegados por los problemas domésticos que nos están llevando a situaciones

realmente acuciantes, parece que se ha aparcado en parte este problema, pero hacemos mal. Rematadamente mal. El planeta entero, también España, está en grave peligro de llegar al colapso, gracias al proceso de calentamiento global al que le está sometiendo esta civilización adicta al consumo de combustible fósil.

Y si no sucede esto, barrunto otro problema de no más fácil solución: el final de las reservas de petróleo y gas natural, amenazan con dejar sin fuente de energías a nuestras sociedades. Sólo quienes posean una de ellas podrá seguir avanzando. Está claro que la pelea entre energía renovable y la nuclear está siendo ganada por los afines a esta última. La población, entre tanto, vive ajena a todo este proceso.

Ian McEwan no se limita a escribir un panfleto sobre las bondades de la energía renovable y limpia (en este caso la solar), sino que va más allá y pone el dedo en la llaga, me parece: si estas energías, sobre todo la solar, no se desarrollan más y más deprisa, sólo hay una cosa que lo explica: los verdaderos dueños del Planeta (o sea los grandes inversores) no están seguros de la rentabilidad de la operación. Dicho de otro modo, la batalla por la salud del Planeta es, también y básicamente, una batalla de carácter económico-financiero, y las grandes compañías eléctricas no están dispuestas a invertir muchos euros o dólares más en nuevas aventuras de infraestructuras, cuando saben que la energía nuclear puede solucionarles la papeleta de un modo más o menos seguro y, sobre todo, inmediato.

Uno, que figura en el grupo de los contrarios a la energía nuclear, por los riesgos y los inconvenientes que tiene —por ejemplo el almacenamiento de los residuos nucleares—, salvo por egoísmo del gran capital, no entiende las reticencias y los frenos que los grandes inversores están poniendo a los avances prácticos de la energía solar. Las últimas medidas en España, sin ir más lejos, adoptadas por el Ministerio del Sr. Soria, son prueba de lo que digo.

A mi modo de ver, y en este sentido, la escena clave de la novela es la que se desarrolla en el hotel, donde Michael Beard pretende ‘vender’ la energía limpia, frente a otras; y la conclusión es que el capital es egoísta y no se termina de creer que vayan a suceder las catástrofes que los científicos anuncian. Más aún, dan mucha más credibilidad y difusión a la noticia de que uno solo de los científicos haya puesto en duda las previsiones de la mayoría.

En apariencia la novela se mueve en dos planos que discurren ajenos el uno al otro, salvo por el personaje que protagoniza ambos, el premio Nóbel de Física Michael Beard. Por un lado está su detestable vida privada marcada por el egoísmo casi absoluto en lo moral, y por unas costumbres que le llevan a la ruina de su organismo. Por otra parte está su tarea profesional en cuya base también anida esa profunda inmoralidad —pretende gloria y riquezas mostrando como propias, las ideas y propuestas de otro, que ya ha muerto—, pero que de cara a la sociedad es una lucha que aspira a la salvación del Planeta.

Sin embargo, me parece, que el escritor Ian McEwan lo que realmente hace, mientras describe la vida privada del físico, es elaborar una corrosiva analogía entre el mundo y su protagonista. Creo que el escritor británico, cuando narra las peripecias más o menos grotescas de Beard, está proponiendo al lector un retrato del mundo. Un mundo que tiende hacia la autodestrucción, que lo sabe, pero que no lo quiere asumir, porque en el fondo, sólo quiere pensar en su bienestar inmediato, y no en el bienestar de las futuras generaciones. ¿Cómo interpretar si no su dejadez ante la aparición de ese cáncer de piel y las advertencias del médico? Él prefiere continuar su carrera que supone le hará multimillonario. ¿Para qué, me pregunto, tantos millones si tiene anunciado un cáncer con probable metástasis, salvo que se ponga en tratamiento de inmediato? ¿No es esto mismo lo que está diciendo la mayoría de científicos respecto del estado de salud del Planeta, y sus dirigentes están posponiendo su cura por la única razón de amasar más dinero y poder?

Quizá suceda, como le sucede a Beard, que cuando comprenda el amor incondicional que su hija Catriona le tiene sea tarde, muy tarde, y cuando quiera abrazarla para tomarla en brazos, en realidad sea el instante previo a un infarto de corazón irreversible.

Parte de la crítica ha señalado que el final de la novela no aclara nada, que el lector queda en suspenso ante un desenlace en que no se explica si funcionan o no los prototipos fabricados; pero me parece que es ésa, precisamente, la idea de McEwan.

En cuanto que obra literaria, Solar no me ha apasionado, ni mucho menos. Aunque probablemente sea necesaria en orden a la verosimilitud de la trama la información científica que se suministra a lo largo de la obra, parece excesiva para un lector medio, que acaba perdido en la maraña de datos y provoca, en cierto sentido, la pérdida en el ritmo de la trama.

Pocas veces el personaje principal de una obra, el ‘héroe’ si seguimos la terminología clásica, es tan repulsivo como este personaje. Tampoco es algo excepcional, pero al lector está acostumbrado a empatizar con quien protagoniza una historia, y en el caso de este Nóbel de Física es prácticamente imposible.

Y sin embargo, quizá sea ésta una de las mejores cualidades de la novela, porque el autor no concede nada al lector, le obliga a sumergirse en la podredumbre de un alma poco estimable, pues, en el fondo, acaso persiga que despertemos de este letargo en el que vivimos, y nos demos cuenta que la verdadera enfermedad del mundo no es tanto el calentamiento global que nos lleva a la desaparición del planeta tal y como le conocemos, sino la inmoralidad profunda del ser humano que, alimentada por el egoísmo radical y por la envidia más insana, nos lleva a ese cáncer con metástasis generalizada o a ese infarto o a ese derrame cerebral irreversible o ese colapso general en que esta bola de sílice que gira alrededor del sol, continuará su viaje, pero sólo ocupada por cadáveres y anhídrido carbónico.

Y por no acabar con una nota tan negativa, ojalá que fuera verdad la idea de conseguir energía barata, renovable y limpia a través de un proceso similar al de la fotosíntesis. Quizá la cantidad de Catrionas que aman sin reservas a sus padres —sean estos como sean— lleguen a abrazarlo antes de que sean un cadáver colapsado.

Crítica: © Amando Carabias María.

28 comentarios:

  1. Amando, es impresionante el análisis que has hecho de la obra, tanto en lo formal, que es en donde menos te has detenido, como en lo que esconde a nivel ideológico.
    Ese paralelismo entre el personaje, su estrechez de miras, su degradación, y la sociedad es acertadísimo.
    Personalmente, no lo había captado así. Tal vez me quedé en la superficie, deslumbrada por la brillantez de un personaje tan bien construido y tan atípico y no fui capaz de dar el salto. Igual que los magnate de la energía, que se quedaron en la superficie de los beneficios económicos inmediatos.
    A la luz de tus reflexiones, el libro me gusta aún más.
    Porque adelanto que a mí me ha gustado mucho, disertaciones científicas incluidas.
    Esta reseña me va a dar mucho que pensar, tanto en lo literario como en lo extraliterario.

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  2. Gracias, Ana. Si no hubiera sido por tus ánimos quizá no habría acabado con la novela que se me atragantó al principio. Luego pude avanzar y llegar a más conclusiones.

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  3. Dedos rápidos Amando ataca de nuevo. Enhorabuena por esta visión, como siempre, más allá de las palabras que has hecho de Solar. A mi me ha gustado. Es cierto lo que hablas de la cantidad de datos que enlentecen la trama, pero que son accesorios que no hay que entender a mi modo de ver. El libro, para mí va más allá de las pretensiones científicas de explicar el hecho mismo del uso que se pueda hacer de la energía solar. Va mucho más allá. Es la sátira irreverente de un mundo que se pudre en la mugre de los intereses de unos pocos, y Michael Beard encarna, en cierta manera, a uno de ellos. Lo mejor de la novela, sin duda el personaje. Es de los personajes mejor construidos que he leído nunca. Con eso me quedo.

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  4. Casi me ha gustado más la reflexión de Amando que la novela en sí misma. Estoy muy de acuerdo con ella.
    El personaje de Beard, desde el punto de vista humano, es de lo más patético que me he encontrado nunca. Su construcción es genial. También es cierto que en algunos momentos se me hizo algo farragosa pero, he de reconocer, que Ian McEwan me gusta y eso me hizo seguir adelante.
    Creo que las novelas también deben servir para denunciar determinadas prácticas, ya habituales, en la sociedad. El problema es a cuánta gente le alcanza su lectura.
    Para terminar, porque me parece muy bien lo que Amando ha escrito, debo añadir que hay otros libros de Ian McEwan que merecen ser leídos. Y apunto Expiación, o los libros de relatos, aunque aquí no tengan lugar de Entre las sábanas.
    Un placer

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  5. Amando, a mi el libro no me gustó aunque fue precisamente el final lo que me reconcilió algo más con él.
    En cuanto a Beard, un auténtico antiheroe, egoista, tramposo, mujeriego, bebedor _puede que alcohólico- con el que es imposible empatizar pero al mismo tiempo tan terriblemente humano. Me recuerda muchísimo al Ignatius de La conjura de los necios, tan detestable como él.

    Y sí, el problema de la energía, de la sobreexplotación y tantos otros males que aquejan al planeta no se resuelven no porque no se pueda sino porque a las grandes empresas solo les interesa el beneficio inmediato y a los que vengan detrás "que les den llantaina" que se dice en Asturias.

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  6. Hola a todos, sinceramente a mí el libro no me gustó, el protagonista me parece un hombre patético,y todo el entramado sobre la energia y los terminos ciencificos me descolocaron un poco, puede que sea por ignorancia mía,pero no dudo de que el libro este bien escrito en cuanto a su terminología y lenguaje, pero la historia como tal para mí no me enganchó, y me costó mucho terminarlo.

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  7. Muy buena critica. Estoy de acuerdo en todo contigo Amando. La novela, algo lenta en su ritmo, tiene amplias lecturas; como acabas de poner de manifiesto en tu extensa e interesante crítica. Tambien a mi, a veces, me ha resultado dificil concentrarme e implicarme con el hacer del personaje,bastante atípico y reiterativo en sus obsesiones. Una vez leida tiene sus puntos importantes. El autor ha conseguido infocar, desde todos los ángulos, a este premio nobel tan especial por lo que podría ser poco convencional en principio. Enhorabuena por tu presentación Amando.

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  8. Muchas gracias a todos por vuestras palabras. Me alegra ver que son tantas las coincidencias.
    A veces con novelas de este tipo uno comprende que no todas las buenas novelas tienen por qué gustar.
    También Bread me recordó a Ignatius, pero me pareció excesivo compararlos en esta reseña.

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  9. Aunque di mi opinión al principio, vuelvo a la carga, puesto que no he sido capaz de encontrar el acceso a los apartados que teníamos para discutir el otro libro: personaje, trama...
    Como ya dije antes, este libro me ha gustado mucho. No solo por la forma en la que está escrito, con una notable capacidad para perfilar situaciones y personajes, sino porque su lenguaje es fluido y te hace avanzar sin florituras.
    Es cierto que la cuestión técnica ralentiza la acción, pero para mí es un acierto el modo en que nos pone en el escenario creíble de un científico y su obra (o la obra que roba). También es cierto que personalmente me atrae todo lo relacionado con el cosmos, la física y otras ciencias, aunque no domine el tema y acabe sin dominarlo.
    Estas puntualizaciones científicas tienen para mí un gran valor porque dejan un pozo de credibilidad porque considero que son muy difíciles de abordar para un escritor que no tenga un gran bajage científico.
    El punto fuerte de "Solar" son los personajes. No solo Michael Beard, que es uno de los personajes mejor construidos que he leído nunca, sino el resto de ellos, aunque aparezcan eclipsados por el Premio Nobel.
    El hecho de que seamos incapaces de empatizar con el protagonista le aporta, en mi opinión, aún más valor a la novela. Es un punto de originalidad y coraje que aprecio por encima de todo y que me hizo devorar el libro, pendiente de saber hasta qué punto de degradación podría llegar y cómo saldría airoso o no.
    Por cierto, que la degradación de este personaje es aún más llamativa y original (vuelvo a ello) puesto que estamos acostumbrados a personajes depravados, con cotas de degradación moral inimaginables (asesinos en serie, políticos mega corruptos, soldados en situaciones límite, locos y sádicos...), pero no vemos muchos protagonistas que muestren una degradación tan "normal", tan "corriente" como la de Michael Beard, que podría muy bien ser nuestro vecino de al lado.
    Creo que la grandeza de este personaje es que está compuesto de mil miserias en las que podemos reconocernos, aunque no lleguemos tan lejos como él. ¿O es que a ninguno nos ha apetecido cargarle a otro el muerto de una chapuza, sin necesidad de que ese muerto sea un fiambre real, aunque luego no lo hayamos hecho y apechuguemos con las consecuencias? ¿Ninguno nos hemos sentido tentados de aprovecharnos del trabajo de otros, o de no tener en cuenta más que nuestros propios sentimientos, aunque luego nuestra moral nos impulse a hacer lo correcto?
    Michael Beard me recuerda a Tom Ripley, de Patricia Highsmith (también a Ignatius, lleváis razón), solo que sin el glamour fatal de este.
    También me ha recordado por momentos a un Wilt desprovisto de bondad.
    La trama me parece interesante, el final, apropiado. El final creo que reconcilia a los lectores con la justicia poética que en general se desea, aunque en el fondo yo seguía esperando que se saliera con la suya, en una vuelta de tuerca malvada del autor con un personaje despreciable. En mi opinión, habría sido de una valentía total aunque probablemente inaceptable para la gran mayoría.
    Sin embargo, aunque el libro me ha gustado mucho, hay algo que me ha desagradado sobremanera: el autor se aprovecha de una leyenda urbana para escribir al menos uno de los pasajes (hay otro que tengo mis dudas) atribuyéndosela a Beard.
    Tiene la gran maestría de hacer como que es cierto y que al propio Beard le atribuyen habérsela inventado. Vale, puede colar, pero eso me ha decepcionado.
    Me ha parecido una estrategia perezosa por parte de un autor muy hábil (justo lo contrario que me pareció su abordaje de la cuestión científica).
    Y seguro que se me queda algo en el tintero, pero creo que ya me he pasado.


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  10. Realmente, después del análisis tan completo de Amando, lo que voy a hacer yo no llegará a la categoría de reseña...ja,ja. Desde luego, has captado detalles y esencias que se me habían escapado y eso, siempre es de agradecer.
    A mí en líneas generales, me ha gustado bastante. Me he divertido, de hecho,tardé mucho menos que en leerme el de Rivas. Me ha encantado el personaje, Miguel Ángel está muy bien construido. Es un cafre de libro. Es cierto que algunos apuntes científicos se me escapaban pero no quise abarcarlos todos, para mí eran parte del ambiente de la novela. Me ha parecido original, y sobre todo, el hablar abiertamente de un problema tan grave como el medioambiental me ha parecido un reto sin igual. No es una novela fácil. De esas que pueden enamorar a todos por igual. Pero a mí, repito, me ha encantado.

    Saludos a todos.

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  11. Acabo de terminar su lectura. Necesito digerirlo y que me impregne a ver que digestión me causa.

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  12. Asun Gárate Iguarán4 de marzo de 2013, 11:11

    Hola a todos-as:
    En vuestras críticas y comentarios veo el valor de la novela. Sin embargo, yo no he disfrutado nada de su lectura. Nada.
    Me ha parecido larga y pesada. Incluso la redacción la considero rebuscada y poco natural. Los diálogos, débiles y fallidos. Y las explicaciones científicas me han resultado aburridas y repetitivas.
    El personaje estará muy bien construído, pero es insufrible... ¡Es tan patético y mezquino!
    Quizá la última parte es más fácil de leer: A partir del embarazo de Melissa; o cuando rememora su primer matrimonio con Maisie, su novia de la universidad; o cuando cuenta su aventura con Darlene. Me llama la atención que pase de largo el segundo, tercer y cuarto matrimonios, sin hacer casi ninguna referencia.
    Y me ha decepionado el modo de terminar la novela, de golpe, cuando se le juntaban todo los conflictos a la vez.
    En fin, es mi modesta opinión. Y me alegra que los demás hayáis sido capaces de leerla con otros ojos.
    Un saludo.

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  13. Estimada Asun Gárate, es una de las ventajas que tiene leer en conjunto. Aprendemos a leer de otra forma. Y descubrimos otros libros. Es como si leyéramos al mismo tiempo varios libros a la vez. Nos enriquece.

    Siempre he dicho que no sé leer. Leer es algo más que posar nuestros ojos sobre un conjunto de letras impresas

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  14. A medida que iba leyendo “Solar” me planteaba que tipo de crítica realizar a su término, y es la que he estado tratando de posponer. Pero me obligo a ello como parte de los deberes de pertenecer a este club de lectura (El Club de los 1.001 Lectores) que cada día me aporta más. Si no fuera así, creo que no lo haría. También me gustaría apuntar que éste es el primer libro que leo en versión digital en un e-reader. Ya comentaré sobre la experiencia en otro post.

    Amando Carabias ya ha realizado un despliegue crítico, gran trabajo, sobre el que todos nos hemos apoyado para realizar nuestra reseña del libro. Gracias Amando.

    Él, no entró casi ha valorar su formato, personajes, estilo, trama... se ciñó a realizar una reflexión sobre la temática de la que trata el libro: de como los responsables, o aquellos que tienen alguna voz, tratan el calentamiento global de la Tierra. Y en gran parte coincido con él.

    El libro, creo, puede ser un poco engorroso en su lectura por el gran esfuerzo técnico que hace el autor, Ian McEwan, en hacer creíble que de la fotosíntesis se pueda obtener energía limpia para un futuro inmediato. Hasta yo en parte me he lo creído. Según los agradecimientos que vienen especificados en las páginas del libro, contribuyeron bastantes especialistas en la materia asesorando al escritor. De eso no me cabe ninguna duda, del gran trabajo de documentación realizado, para darle cuerpo a la historia de forma solvente.

    Yo hubiera pagado, si alguien antes de empezar a leer el libro, me hubiera dicho “Pasa por alto el aspecto técnico y la teoría. No tiene ninguna clave escondida”. Yo leí el libro tratando de entender y razonar toda la teoría que explicaba el autor, en la voz de Beard, su protagonista, y eso hacía que mi lectura en ocasiones no fluyera, pues trata de una temática que no me interesa, de momento. Si lo hubiera pasado por alto y no le hubiera dado la importancia que le dí, posiblemente hubiera disfrutado muchos más de su lectura. Al final te das cuenta que no existía ninguna clave oculta. Aunque tengo que apuntar, por si las moscas, que no estamos hablando de un tratado teórico indescifrable. No se me asusten aquellos que no han leído aún. No seré yo quién les ahuyente para no leerlo. Vale la pena.

    Si de algo me acordaré de este libro, será de su protagonista, Michael Beard. Un tipo al que todos consideran un hombre inteligente, importante, y él también trata de aparentarlo. Pero él mismo se considera un tipo despreciable. Es un personaje muy bien construido por parte del autor. Magnífico, como han coincidido casi todos los lectores. La base del libro.

    Me queda muy claro que Ian McEwan es un buen escritor, y que volveré sobre otra de sus obras para contrastarla con la que acabamos de leer. Ésta, me costó un poco leerla como he dicho, pero me quedo con la última parte del libro, donde nos encontramos con una escritura más dinámica por parte del autor y donde las cosas y los los acontecimientos fluyen de manera más contundente. Por desvelar algo, decir que el final es uno de esos finales abiertos que a muchos lectores les repatea.


    Resumiendo diré que, “Solar” trata de la preocupación que tenemos todos por el calentamiento global, pero que primero tenemos cosas más importantes que atender, que es algo que no lo sufriremos nosotros y que si nos cuesta trabajo o dinero, que se encarguen otros. Excepto que podamos sacar alguna buena tajada o fama.

    Me parece que empiezo hablar por la boca de Michael Beard.

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  15. Me descubro ante la crítica de Amando. Magnífica. Y estoy de acuerdo con ella, la suscribo en su integridad.
    Esta obra no me ha gustado tanto como otra novela que leí de este autor: "Expiación", aunque reconozco que en esta última se sufre más, es más dramática. Por cierto, también en esta última novela hay un personaje inicialmente repugnante, aunque luego las paga, o "expía".
    Bravo, Amando, una crítica llena de agudeza.

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  16. He leído con muchísimo gusto "Solar" y me ha sorprendido la variedad de comentarios que ha producido.

    No sólo me ha gustado la disección de Amando, sino que las aportaciones del resto han completado las páginas leídas.

    Personalmente me encantó la primera parte del libro, de la que destacaría algo que creo que no se ha dicho : ¡el humor!. Me rei muchísimo con la escena del viaje al Polo Norte para comprobar in-situ el calentamiento de los polos. Luego, como soy una curiosa, descubrí que en 2005, el propio autor, realizó un viaje parecido. ¿Vivencia propia?.

    Respecto a la parte técnica de la obra, no me supuso ninguna dificultad para su lectura, aunque personalmente la habría reducido en extensión porque demora el argumento narrativo sin añadir grandes "hitos geodésicos" a la trama.

    Como Michael Beard ¡hay muchos en nuestro entorno! y si bien es difícil llegar a empatizar con el personaje, creo que su caracterización es envidiable. Hubo un momento que esperé con ansiedad a que nos contara el resto de sus matrimonios e imaginé un conjunto de vidas cruzadas. No fue así, sólo hay dos esposas destacables....

    El final del libro, abierto, creo que me lo esperé desde el ecuador de la lectura, por esta razón puedo decir que es un libro que me ha gustado y del cual me gustaría realizar una reseña más amplia en otro momento.

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  17. Laura, esperamos por esa reseña de la que hablas.
    Gracias por unirte al club y recuerda proponer un libro para Abril y darle una puntuación a Solar

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  18. Acabo de puntuar SOLAR y también he votado por la lectura de Abril... voy a cruzar los dedos a ver si hay suerte y leemos ... bueno, vale, que no desvelo el secreto de votación. ;)

    Un abrazo.

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  19. Por fin lo acabé. y digo bien, POR FIN. Me ha resultado muy pesado, tedioso, aburrido y.... comparto la preocupación por el calentacmiento global y creo que es un tema importante y difícil de abordar, sin embargo, tanto tecnicismo, tanta palabrita... me ha superado.

    Poco más puedo aportar una vez leídas el resto de los comentarios, espero tener más suerte con el próximo.

    Un abrazo a todos

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  20. Hola todos, he de decir que para mí ha sido casi un reto terminar el libro “Solar” engullirlo ya no digamos.

    Creí que nunca lo termina, ósea; no veía el día en llegará por fin a su término. El colofón final ha sido descubrir que no me dejó indiferente ante la reflexión que a mí misma me hacía…

    ¿Somos objetivos con nuestros actos? ¿Pensamos realmente que debemos preservar el planeta por bien de aquellos que tomarán nuestro relevo de vida?

    No negaré que me costó mucho encontrar un momento apetecible para leerlo, aunque por norma y por mucho qué me pese, me obligo a leer un libro si después he de valorarlo y me justifico diciéndome que la lectura en sí, ya es creativa y siempre sacamos algo positivo de ello.

    Que el autor es un magnifico narrador, no hay duda de ello. Por mi parte y he de decir a su favor, que también me cansa e incluso aburren algunos libros de Eduart Punset y sin embargo suelo leerlos pues siempre saco algo positivo de su lectura.

    En definitiva solo decir, que hay que leer, que nos descubre una manera más de enriquecernos.

    Mi enhorabuena Amando por el análisis tan profundo que has hecho.

    Y un abrazo a todos.

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  21. Guillermo,Nuria, ante todo muchas gracias por unirse al club y por asumir el reto de leer el libro que propone el grueso de los lectores y socios de este club. Un club con apenas dos meses de vida, pero que empieza a tener consistencia.

    Ambos coinciden en que el libro se les hizo pesado, pero creo que el pozo que ha dejado el protagonista de la novela no lo olvidarán tan fácil.

    Como bien apuntas Nuria, el leer en conjunto nos obliga en muchos casos y en otros nos motiva a descubrir autores que de forma individual no leeríamos.

    Particularmente a mí, me fustiga a terminarlos. Con lo que tengo garantizado leer por lo menos 12 libros al año.

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  22. Tarde, pero conseguí acabar SOLAR. Ya se han hecho comentarios y reseñas de todo tipo, excelente la de Amando. Circunstancias personales/literarias que algunos lectores del Club ya conocen me han hecho llegar tarde a la crítica. Por lo demás, SOLAR ES DIVERTIDO E INTERESANTE, no es una obra maestra, pero de estas hay muy poquitas. Así que acierto pleno de los colegas que eligieron esta obra. Saludos cordiales

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  23. Hola, amigos esféricos, ya sé que es bastante tarde para ponerme a comentar "Solar", pero no les sigo el ritmo y como me ha encantado el libro, no quería dejar de escribir algo. He terminado de leerlo con ese regusto que deja lo bueno, un buen libro, una buena película, una buena conversación. Creo que la construcción del personaje va en proyección geométrica a lo largo de la obra, es una genialidad, el centro del libro. Aquí yo difiero de Amando, creo que el autor utiliza el debate de las energías alternativas simplemente como excusa para crear el personaje, como podría haber utilizado cualquier otra, de hecho en un momento dado hace una crítica soterrada al fundamentalismo científico, que también existe, como en todo. Es una alegoría a la indecisión, o mejor, a la "adecisión", tan dañina para los intereses de cada uno, tan insana; una representación de la enfermedad que padecen los incapaces de amar, tan terrible que al final se le parte el corazón cuando se le cuela el amor de la hija por una ranura. Es una caricatura no tan descabellada, más cercana de lo que podríamos pensar a primera vista. Una carga de profundidad sociológica.
    Enhorabuena a quién lo propuso, y al autor por llegarnos este deleite.
    Un beso esférico.

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  26. Qué bien, Ángeles, una nueva visión de Solar :) y una impresión común sobre el personaje central.

    esférico también para ti

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  27. Ángeles, creo que has dado en el clavo cuando señalas, entre otras cosas, que muestra la enfermedad que padecen los incapaces de amar.
    Tu comentario ha añadido otros matices a un libro que, como sabes, me encantó.
    Besos

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