Confieso
que es difícil comentar un libro, que para empezar está dedicado
como todos los de Enrique Vila-Matas a una tal Paula de Parma,
desconocida en la sociedad que frecuenta. Solo tiene sentido para sí
mismo. Y tal vez para quien logre descubrir el encriptado de sus
textos.
Doctor
Pasavento es un tomo de 400 páginas incluido en Narrativas
hispánicas, de Anagrama. Hago hincapié en "Narrativa", pues es lo que
percibo, no es una novela en absoluto. Mezcla la literatura
naturalmente, con la filosofía, la historia y con ello escribe un
ensayo al que no le quito su valor. Me parece un encaje de bolillos,
que aprecio exclusivamente por la dificultad que supone, para
exponerse como un loco. ¿Cómo se puede mantener una “trama” con
un hilo argumental, a mi modo de ver tan pobre en principio, como la
Rue Vaneau?
Sé
que el protagonista se presenta como alguien sin nombre, que
aprovecha la excusa de hacerse pasar por otro, para desaparecer y ver
la posible repercusión. Voy más allá, la interpretación es libre.
Se trata de una digresión; entiendo que en un corto espacio de
tiempo, donde alguien, da igual su nombre, -de hecho no existen,
Pasavento, Ingravallo ni Pinchon o Pynchon- donde alguien trata,
digo, de explicarnos su vida a pedacitos que escribe en papeles
sueltos para volver finalmente al mito de la Caverna. Solo veo a
alguien que persigue su verdad, a través de una calle y de unos
supuestos viajes en que se dan en el tiempo y el espacio.
Para
ello tiene a Walser, con otros muchos paseantes y otros tantos
manicomios; los miedos que a todos nos atañen. Y ahí la locura con
la que tontea también. Por momentos parece que el lector está en el
siglo pasado, con Kafka, Hölderlin y demás colegas cuando, de
pronto un detalle le devuelve a lo contemporáneo. Ni siquiera estoy
segura de lo que acabo de escribir. Es mi punto de vista; el del
escritor lo desconozco totalmente, nos maneja
a su antojo. Se permite nombrar a Christian Bourgois en varias ocasiones, que es quien le edita realmente; de hecho crea una subtrama con él, del mismo modo que se pasea por calles tan conocidas, como el Paseo San Juan yendo a los Maristas.
a su antojo. Se permite nombrar a Christian Bourgois en varias ocasiones, que es quien le edita realmente; de hecho crea una subtrama con él, del mismo modo que se pasea por calles tan conocidas, como el Paseo San Juan yendo a los Maristas.
En
las últimas páginas está la esencia; alguien le pregunta al Dr.
Pychon, “Usted es…” “No, o no soy” “Me llamo así, Yo no
soy”
Juega
con nosotros, nos lleva por tantos lugares sin moverse de su rue Vaneau, que es indudable que representa la parte más importante de
su vida. Conocemos a cuantos han vivido en ella, sus portales y sus
cafés. Imagino entonces, que ha sido feliz, que ha amado, ha tenido
hijos (¿Nora?), ha conocido a los grandes y ha vivido plenamente.
Por ese motivo la nombra hasta la saciedad. La rue Vaneu llega a
convertirse en pesadilla. El otro hilo conductor de este libro, es
sin duda el Dr. Walser, que no me atrevo a definir. Imagino las
circunvoluciones de un cerebro, repletas de imágenes escritas, los
famosos microgramas. No doy para más.
En
resumen, tanta cita, tanto nombre, tanta vuelta de tuerca, me cansa y
me cansa mucho. Como experimento literario lo apruebo, pero
sinceramente lo hubiera abandonado a la mitad, de no ser por el Club
de los 1001 Lectores.
Dicho
lo cual, sería magnífico conocer e intercambiar opiniones con
Enrique Vila-Matas, porque lo oscuro, lo difícil resulta atractivo,
sin duda.
Acabo
de lanzar un órdago. Seguro que La Esfera lo recoge.
Reseña: Isolda.
Me gustaría haber encontrado un algo que rebatir a la reseña de Isolda; incluso un punto atractivo del libro que añadir. Pero es imposible.
ResponderEliminarNo obstante, debo agradecer a Pasavento el haber conocido escritores que no tenía idea que existían y que gracias a Vila-Matas no me apetece en absoluto conocer, dados sus obsesivos intereses.
Un abrazo grande grande
Se dice de la locura que es un acto de no acatar ciertas reglas sociales básicas y mostrarse en contra de la sana razón.
ResponderEliminarMaduraré unos días lo leído, pues necesito digerir el libro.
Isolda, ha sido una valentía abrir el fuego de la crítica de tan complejo libro.
Seguro que lo más perspicaces os habréis dado cuenta que le atribuí el titulo de Doctor al escritor Walser, justo al final. Lo siento. El pobre Walser, que decidió encerrarse en un manicomio a escribir sus cientos de microgramas!
ResponderEliminarFrancisco, la última línea es para ti, te recuerdo.
Besos.
Isolda, leyendo y leyendo sobre Walser, parece que no se ponen de acuerdo ya que en bastantes sitios se dice que fue encerrado contra su voluntad. Y por eso se negó a publicar nada más... pero con tantos "intermediarios" quién se aclara ¿verdad? :)
ResponderEliminarbeso
Enhorabuena, toda una señora reseña...la tendré en cuenta para futuras compras.
ResponderEliminarBesos.
Isolda, lo he pillado. Atenta al domingo.
ResponderEliminarEres un genio. Esperaré impaciente. Besos, conseguidor
ResponderEliminarComo ya había venido comentándoles, me costó la vida leerlo. Hubo momentos que me perdí, que me volví loca, que creía que estaba borracha. Otros no sabía si estaba en la Patagonia, o en Zurich o en París. Lo que sí, siempre esperé un "algo", un cambio de giro, una sorpresa. La parte que más me gustó, quizás porque veía que mi proeza de terminarlo se estaba acercando, fue la estancia en Lokunowo. Por lo menos se relacionaba con la gente. Aunque fue difícil de digerir, me gustó que hablara tan abiertamente de la locura, porque los locos (quizás no tanto) estamos por todos lados, también por ese dialéctica de quiero desaparecer pero voy a mirar el correo o el periódico a ver si salgo...ja,ja. Me parece un libro muy difícil de escribir, original, desafiante y algo obsesivo. Dicen que Bartleby y compañía es un libro imprescindible de él, pero ahora mismo no me atrevo. Saludos a todos.
ResponderEliminarEnhorabuena Isolda por la reseña.
Muy valiente esa reseña con un libro como éste. De momento no me atrevo a decir nada más, solo que me ha costado seguirlo.
ResponderEliminarEnhorabuena valiente Isolda.
Muchas gracias Yashira y Belén. No se trata de valentía, sino de sinceridad. Estamos todos de acuerdo en que es un libro que no te atrapa y que es muy difícil.
ResponderEliminarVamos a por el de este mes y cambiamos de aire!
Besos.
Querida Isolda, estaba deseando leer tu reseña.
ResponderEliminarEsta noche no ando muy lúcida como para emitir una opinión coherente, pero estoy básicamente de acuerdo con tus puntos de vista.
Yo quería leer una novela, que me contaran algo, y me he encontrado una tesis doctoral (perdón por el chiste malo).
Hasta mañana, que desvarío.
Gracias, Isolda. Y besos.
Dejo aquí, como comentario, mi propia reseña:
ResponderEliminarEs cierto que muchos libros nos descubren pliegues de nuestra propia personalidad, ajenos hasta el momento de la lectura. Es igualmente cierto que quien escribe, rara vez se propone servir de psicólogo o psicoanalizar al lector; aunque ese sea el resultado final en algunas obras "de culto".
No tengo la menor idea de los motivos que impulsaron a Vila-Matas a escribirse a sí mismo, ideando una cantidad ingente de palabras sobre un mismo tema: la desaparición personal. Pero tras la lectura lo que tengo claro es que el autor famoso debe buscar medios para seguir estando en primera línea. Porque, al fin de cuentas, de eso trata el libro Doctor Pasavento: saber continuamente el grado de reconocimiento de un autor ante su público lector. La necesidad imperiosa de desaparecer está motivada por la insaciable necesidad de ser reconocido, recordado y, por ende, provocar que los demás le echen de menos. Quiere ser amado, como la totalidad del género humano.
El hedonismo de su alter ego es patético.
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Olvidando que me costó trabajo encontrarle el punto al libro y gracias a los ánimos de algunos de vosotros lo acabé, reconozco que su lectura ha sido necesaria para mi. La cantidad de datos ciertos entremezclados para crear una ficción tan extensa, merece el esfuerzo realizado para acabarlo.
Ahí está la clave, Mariluz: Villa-Matas se escribe a sí mismo. Me quedo con el hedonismo de su "alter ego" No logro ver más allá. Como ya dijiste, al menos has sacado algo positivo y crees no has perdido el tiempo. Me gusta tu visión. Al final lo que proporciona el libro es la opinión de todos y eso ya es mucho!
ResponderEliminarAna, lo de la "tesis doctoral" se me pasó por la cabeza y además son de las que se premian "cum laude", jaja.
Gracias, querida Mariluz, por tu reseña, muy acertada.
Besos para las dos.
Hola a todos:
ResponderEliminarCreo que es un libro para recomendar... no leer.
Su lectura exige muchísimo al lector, que casi se convierte en un mártir; en cambio, le ofrece poco a cambio de semejante sacrificio.
El esfuerzo que supone leerlo no se ve recompensado con nada.
Pienso que es un libro que el escritor necesitaba escribir así, que supongo que a él le habrá dejado satisfecho. En ese sentido, si a Vila-Matas le vale haber escrito ese libro, pues entonces sí le doy valor al libro.
En cambio, para mí como lectora ha resultado una pérdida de tiempo, una pequeña "estafa", que me ha hecho reflexionar sobre la literatura. Sobre los libros, como éste, cuya existencia da absolutamente igual...
A más de 15 días de haberlo terminado aú me siento resacosa y un poco frustrada por no haber encontrado en el Doctor Pasavento una historia que me hiciera vibrar.
ResponderEliminarTal vez si el libro hubiera terminado hacia la página 100 lo habría conseguido.
Hasta que empieza a reiterar y reiterar y reiterar las ideas y a embrollar la madeja y a hacer alardes culteranos para fundamentar la idea que habíamos captado desde el principio (sí, que ya lo sabemos, que quieres desaparecer y no ser un escritor famoso pero que también quieres que todos se acuerden de ti, que eres humano y egolatrilla).
Para mí, el problema de este libro no es solo lo complejo que es de leer (por cierto, que me encantan los libros complejos, con mil personajes y tramas, que para eso soy una friki de pro y me gustan las sagas épicas y la ciencia ficción) sino que es, bajo mi punto de vista, terriblemente ombliguista.
El autor se mira el ombligo continuamente (por Dios, si hasta el prota nace en el mismo lugar y en la misma fecha que él! Si hasta es un escritor de renombre! Y me da igual si ahora está de moda hacer autoficción y metaliteratura...) y disfruta de un ejercicio estilístico envidiable pero, a mi juicio, vano.
Vano en cuanto a narrativa. Como ensayo es una pasada.
Reconozco que me ha dejado boquiabierta la inmensa erudición de Vila-Matas, que he aprendido acerca de autores que no conocía y he descubierto la historia de Walser, del que solo conocía que había escrito los famosos microgramas, cosa que nunca me impresionó demasiado y había pasado por alto y que, sin embargo, ahora me ha interesado y he intentado seguirle un poco la pista.
Solo por eso me ha merecido la pena leer el libro.
Otra cosa que me ha llamado la atención ha sido que en teoría habla de la desaparición y en realidad está narrando la historia de un hombre que se vuelve loco.
Como para el tema de la desaparición, creo que la locura nos quedó clara desde la página, no sé, ¿150?.
¿A qué seguir insistiendo?
Y el final... ni chicha, ni limoná. Podría haber seguido devanando la madeja hasta el infinito o, como así pasó, cortar por cualquier lado. Tanto da.
En fin, que lo mismo llego tarde para hacer mi comentario, que me hubiera encantado haber disfrutado de un libro que, en principio, me pareció muy interesante y que terminó por agotarme, pero que esto (y alguna cosilla más que seguro que se me queda en el tintero) es lo que me ha parecido.
Ana, menuda resaca, ¿15 días?
ResponderEliminarCuando pillas una la pillas de verdad
Coincido con Anna en todos los puntos de vista que ha expuesto. Si no hubiese sido por este club, sería un libro que hubiese dejado a medio acabar hacia su página noventa. Tengo tantas lecturas pendientes que cuando leo algo que no me gusta demasiado siento que estoy perdiendo el tiempo y esa pérdida me exaspera.
ResponderEliminarDifícil o no, yo creo que no llega al lector por las tantísimas vueltas que ofrece en torno a la misma idea: ser reconocido pero ser invisible al resto. Me ha gustado únicamente por la metaliteratura que emplea en la redacción. Porque cada hallazgo nuevo sacia una curiosidad mía casi obsesiva, :), que no raya en la locura, claro.
Un abrazo a todos, y voy con el de abril ¡y con retraso, claro!.
Hola a todos/as,echo en falta al doctor pasavento con sus locuras, sus personajes, sus desapariciones, sus viajes, etc, en fin que tengo mono del pasavento y despues de leer las últimas reseñas de Mari Luz, de Isolda, de Ana y de Laura me doy cuenta de que fué para mi un orgullo el leer su historia, y por eso quiero darle las gracial al club por proponerlo en su día, y a tí Francisco por se el principal conseguidor de reunirnos para su lectura.
ResponderEliminarUn abrazo de Domingo y a seguir con el abuelo, que por cierto peches , peches, por ahora no me aporta nada Puri
¡¡Ay, cielos, Ana J., no sabía que yo era tan friki!! a mi también me gustan las sagas épicas y la ciencia ficción...
ResponderEliminary de Pasavento qué te voy a decir que no hayáis dicho los demás... para mi ya es agua "pasaventada".
abrazo a tod@s
Sorprendida con sus reseñas, realmente muy completas e ilustradoras. Coincido en que es una lectura compleja pero llegue a la meta! Pasando tambien por la locura! Me ha parecido que el personaje, cualquiera q haya sido su nombre real, se expone como admirador de Walser y como tal busca seguir el mismo rumbo, sus mismos pasos, copiando a su propio estilo sus microgramas y su locura. Me causo gracia su obsecion por desaparecer pero deseando encontrar alguien que lo echara de menos y la mencion del periodista que critica a un escritor por usar en exceso las referencias a otros autores ... Estaria criticandolo a el?
ResponderEliminarSorprendida con sus reseñas, realmente muy completas e ilustradoras. Coincido en que es una lectura compleja pero llegue a la meta! Pasando tambien por la locura! Me ha parecido que el personaje, cualquiera q haya sido su nombre real, se expone como admirador de Walser y como tal busca seguir el mismo rumbo, sus mismos pasos, copiando a su propio estilo sus microgramas y su locura. Me causo gracia su obsecion por desaparecer pero deseando encontrar alguien que lo echara de menos y la mencion del periodista que critica a un escritor por usar en exceso las referencias a otros autores ... Estaria criticandolo a el?
ResponderEliminarAna C. Muchas gracias por tus palabras. Me has hecho reflexionar con tu pregunta. Tal vez ese sea el misterio...tendríamos que preguntarle al autor.
ResponderEliminarBesos.