A pesar de su brevedad me ha resultado una lectura dura, he sufrido con los protagonistas cada una de sus vicisitudes y aunque creo que Jesús Carrasco se detiene y regodea en precisas y extremas descripciones, no lo ha hecho en los acontecimientos más sangrientos, ha sido mi mente la que ha viajado por los recovecos más oscuros sólo insinuados por él.
Sorprenden muchas cosas en este libro. La primera es que desde el principio no conocemos ningún tipo de detalle, esperas conocerlos más adelante, pero hasta el final quedas así, a la espera; incluso el niño, cuando ya el anciano no está, reconoce que le hubiera gustado saber su nombre. Curioso, teniendo en cuenta que lo más normal es siempre identificar a nuestros semejantes, al menos a eso estamos acostumbrados nosotros. Aquí no, ni nombres, ni lugares, ni fechas, nada, no hay datos que sitúen la historia, todo queda a la imaginación del lector que se paseará por los paisajes más áridos de nuestros campos andaluces, extremeños o manchegos; además, por la precariedad y pobreza, la época en la que transcurre podría ser a mediados del siglo pasado, cuando todavía no se contaba con muchos adelantos. Pero eso es sólo una deducción mía.
Otra cosa que me ha sorprendido bastante es la forma tan dolorosamente poética en la que
Jesús Carrasco, nos describe paisajes, recuerdos, pensamientos, hace que nos sintamos parte de ese sufrimiento en el que se van viendo envueltos el niño y el anciano. La obra se ve desbordada de un lenguaje lleno de imágenes, de sentimientos, de sensaciones. También de palabras que me han obligado a tomar el diccionario, palabras olvidadas o desconocidas para mí.
Son muy pocos los personajes que componen el hilvanado de esta historia: El niño y el cabrero, el alguacil y su ayudante y, por último, añadiría el paisaje desolador y la crueldad del sol, que cobran vida propia en una trama en la que sin ellos nada sería como es.
Más sorpresas: La actitud del viejo cabrero que enseña al niño leyes no escritas, le transmite una sabiduría legendaria con la que el pequeño tiene que sobreponerse a su rabia, su odio, los instintos con los que reacciona ante el sufrimiento y el miedo a que se ha visto sometido. Un ejemplo es cuando le hace regresar a buscar al tullido que lo iba a entregar o cuando tiene que buscar y traer al Colorao para proteger los cuerpos de los carroñeros. Esta forma de actuar no impide que, aún en precarias condiciones, el cabrero de muerte a los adversarios.
Desde el comienzo del libro, con el niño huyendo de no sabemos qué y metido en un agujero, hasta el desenlace final, la evolución de las circunstancias es pequeña y grande, el niño comienza solo y casi solo termina. En el transcurso todos hemos recibido como herencia las enseñanzas de supervivencia en un lugar de lo más inhóspito y el niño recibe además un burro, tres cabras y un perro, con todo ello y el coraje demostrado, sabemos que a partir de este momento podrá sobrevivir.
Por último añadir que en su afán de no dar datos, en ningún momento de la lectura sabemos con certeza qué le sucedió a este pequeño para abandonar a su familia, su mundo conocido y su hogar, aunque con algunas pinceladas nos va marcando las directrices suficientes para entender la situación. Una situación tan dura, como para explicar el terror a ser encontrado aún a costa de la propia vida.
He disfrutado mucho leyendo este libro que me ha sabido a poco. Espero que a los demás también os haya complacido.
Reseña: Yashira
Yashira, estaba pendiente de que alguien hiciera el primer comentario. Ando vaga como para escribir una crítica con fundamento, pero deseosa de comentar este libro, que me ha sobrecogido.
ResponderEliminarCoincido contigo en prácticamente todas tus apreciaciones, aunque para mí es obvio lo que hizo huir al chico: su padre lo vendía/alquilaba al alguacil para satisfacer sus deseos sexuales. No creo equivocarme.
Intemperie es el título más apropiado que podría haber escogido el autor. Te hace sentir el rigor de vagar por una tierra árida, dura, implacable, bajo una climatología tan desalmada como los seres que habitan en ella.
Me ha parecido una gran obra, con unos personajes magníficamente dibujados y una historia compeja en su aparente desnudez.
Sin embargo, en algunas ocasiones ha sido repetitiva como, por ejemplo, las numerosas ocasiones en que el chico se orina encima. Son episodios crudos, que te haccen meterte de lleno en el miedo del personaje, pero con una vez que se lo hubiera hecho encima bastaba. Pienso.
En cualquier caso, el conjunto hace de Intemperie un libro inolvidable y, en mi opinión, de una gran altura.
Agradezco esta propuesta a quienes la sugirieron y me alegro de pertenecer a este Club, por cuanto me "obliga" leer libros que de otra forma ni se me pasaría por la cabeza comprar.
Por cierto, Yashira, gran crítica.
Besos a todos
Una gran reseña, Yasira :)
ResponderEliminarCoincido en tus apreciaciones.
Aprovecho para dejar mis propias impresiones:
leer "Intemperie" me dejó extenuada. Pasar de la bobalicona candidez de "El abuelo..." a la creciente sordidez que en la imaginación va anidando entre la lectura y lo que se intuye, hasta llegar a la confirmación de la realidad del niño, ha sido agotador anímica y moralmente.
La narración en un lenguaje localista y específico, lejos de hacernos incomprensible su historia, logra que nos ubiquemos gráficamente en una orografía árida y muerta que rezuma soledad y muerte. Con la misma parquedad de palabras, Jesús Carrasco, elabora un boceto de los tres personajes y nos lleva a visualizarlos con la nitidez precisa: el "chico", "el pastor" y "el alguacil", sin nombres, sin historia y, sin embargo, con un más que diáfano pasado que se escapa en cada espacio en blanco de "Intemperie".
¿Què puede haber en común entre una vida que recién despierta a la vida con brutalidad, y otra que se extingue poco a poco fruto de la misma brutalidad? La solidaridad y el amor. El único rayo de esperanza que ilumina el futuro del "chico", de la mano del cariño que brota entre ambos -aunque ninguno sepa ponerle nombre- da pie a la justicia poética que el autor nos lleva a aplaudir y -porqué no reconocerlo- hasta desear.
Por su lirismo, yo resumiría "Intemperie" como un aria desgarrador a la vida; una cantata a la solidaridad y una sinfonía a la Naturaleza que Jesús Carrasco ha querido regalarnos para que bajo ningún concepto perdamos la esperanza y sobre todo que no la perdamos en el género humano.
Un abrazo Yashira. Un abrazo para todos
Yashira, me sumo a las felicitaciones. Lees muy bien y sabes plasmar tus ideas con mucha claridad.
ResponderEliminarSi tengo que decir algo de Intemperie es que está escrito con mucha intención. Está claro lo que nos ha querido transmitir Jesús Carrasco con su novela: indefensión, soledad, vulnerabilidad, intemperie, al fín. Para ello usa recursos no elegidos al azar. Por eso el lector se siente así de desprotegido. No nos cuenta el pasado del niño, ni por qué está ahí. Se intuye, como bien dice Ana, pero no lo cuenta. Por otra parte ese paisaje árido, cruel, que acerca a los personajes al borde de la muerte en cada movimiento. No sabemos sus nombres y finalmente mete cientos de palabras de significados desconocidos para contribuir a la pérdida de referencias. Eso sí, los paisajes son pintados con extrema precisión para que nos sintamos en situación. De ahí ese desasosiego que sentimos los lectores, ese nudo en el estómago, esas ganas de tender nuestra mano a ese niño por muy mal que huelan sus pantalones. Una novela inteligente sin duda.
Efectivamente, tal y como comenta Yashira, parece que todos hemos disfrutado con “intemperie”.
ResponderEliminarUno de los mejores halagos que se pueden decir es que en la novela no sobra ni un párrafo, la narración que parece sencilla, aunque con un vocabulario muy rural, va directa al grano, consiguiendo que el lector se encuentre con una obra cruda e inhóspita.
Con aparente naturalidad, la novela de Jesús Carrasco, logra como por arte de magia, con 4 personajes innominados y en un llano infinito y sin horizonte, del que parece imposible escapar (el llano es el quinto personaje), en un paraje desconocido y casi desértico, angustiar al lector por la supervivencia del niño y, también por la del cabrero.
Saludos a todos.
Hola, estoy de acuerdo con lo comentarios que habéis dicho sobre Intemperie y debo de darte la razón Mari Luz cuando me dijiste que me gustaria este libro despues de fiasco que tuve con el abuelo.
ResponderEliminarTanto la historia,los personajes,la localización de la historia y el lenguaje es sublime,yo creo que no se le puede pedir mas a una obra que te hace extremecer desde el primer párrafo, que te engancha y necesitas saber cada vez mas sobre los hechos que tan duramente suceden en la vida de los protagonistas. Para terminar quisiera compartir con vosotros un par de frases que yo considero sublimes" naranja polvorienta del atardecer " " la brisa hacía sonar las acículas llenando el aire de un sonido bálsamico "
¿ Que os parece mi apunte sobre estas frases? Yo sinceramente me quedé sin argumentos para plasmar lo que me hicieron sentir.
Muy buena lectura la de este mes de Mayo, ahora no toca Junio.
Un saludo a todos /as y buen finde.
Puri
Gracias Ana por tu valoración de mi crítica. Estoy de acuerdo contigo en la apreciación de lo sucedido con el niño, aunque no lo haya expresado claramente, es algo que se va intuyendo conforme avanza el relato, no creo que te equivoques, no.
ResponderEliminarMariluz, siempre usando las palabras exactas, me encanta cómo te expresas. Aunque en la lectura de Intemperie no encuentro esa esperanza que tú ves, para mí es tan duro y tan cruel el mundo que nos presenta Jesús Carrascao, que esa esperanza se limita a la supervivencia, eso sí, es gratificante encontrar ese cariño del que nos hablas, nacido entre el niño y el cabrero, cariño que no se ve expresado con palabras, pero sí con acciones difíciles de entender en otro caso. Abrazo también para ti.
Gracias también a ti, Miguel Ángel por tu felicitación. Muy acertada tu apreciación de la inteligencia con la que está escrita la obra, nada está puesto por azar, en cada palabra y en cada descripciòn hay intención, por ello, como bien dices, nos sentimos tan desprotegidos y vulnerables como ese pequeño solo en un mundo tan cruel. La aparición del viejo cabrero es un rayo de luz, débil, pero certero. Cuando ya se queda sin él, sabemos que ha aprendido leyes no escritas para la supervivencia y que podrá seguir su camino.
Como dice Jose A., veo que todos hemos disfrutado leyendo esta novela, a pesar de su crudeza, hemos sufrido y nos hemos angustiado con él y terminamos sintiendo como pérdida propia,la del anciano que nos ha llevado hasta la superación del mayor de los peligros, la muerte del Alguacil y del Colorao. Mis saludos para ti.
Qué bueno Puri que menciones esas frases, son ejemplo de la prosa poética que utiliza el autor, a lo largo de la obra nos va deleitando con esas imágenes tan líricas que casi crees estar leyendo poesía. Me sorprendió mucho esa forma de expresarse, no estoy acostumbrada a encontrar una novela escrita en esos términos y creo que es una de las razones que la hacen llegar tan hondo en nuestro sentir, porque toca las emociones desde las sensaciones de un poeta, desde dentro.
Ahora ya toca adentrarnos en junio y por lo que he visto así por encima, tambien se presenta como una lectura dura.
Veremos como nos resulta al final.
Abrazos a todos.
Magnífica reseña que demuestra como tantas otras veces que hay un solo libro y muchas lecturas, aunque en lo fundamental coincidan.
ResponderEliminarTambién magníficas reseñas aquí escondidas como comentarios.